A menudo vemos preciados mariscos protegidos con una coraza que todos conocemos como concha. Objeto de colección para unos, tesoros preciados para otros, utilizados para hacer algún tipo de joyas  o incluso como cenicero, como es el caso de la vieira. Pero…  ¿alguna vez te as preguntado como se forman?

Las conchas son el medio de protección de algunos animales invertebrados con cuerpos viscosos y frágiles,

que les ayudan a proteger sus cuerpos de elementos exteriores además de posibles depredadores. En el caso de algunos moluscos como las almejas, los berberechos, las ostras, las vieiras o las zamburiñas, construyen sus conchas a través del calcio que extraen de su alimentación, del agua de las rocas o de sedimentos del fondo marino Una vez obtienen este recurso, el animal secreta carbonato cálcico y conquiolina, y la extiende por su manto, o tejido de la parte blanda del animal, y comienza la fase de creación de su concha, mediante un proceso de cristalización dispuesto en capas. A medida que se segrega Carbonato de Calcio, la concha se va agrandando y endureciendo al mismo tiempo, siendo la primera capa, la que esta en contacto con el animal, de nácar reconocido por su intenso brillo de reflejo colorido y la capa exterior de conquiolina.

Aunque las conchas están en contacto directo con el animal, no son parte viva del cuerpo del mismo, ya que están formadas por minerales y no por células, por lo que no interfiere en ninguno de los procesos vitales de este. Este es el principal motivo por el cual, una vez que el animal muere, su protección persiste por mucho tiempo.

Mientras esta vivo el bivalvo, la concha va creciendo y endureciendo  con este, aunque no sigue el mismo rito, como lo haría cualquier otra especie con sus extremidades, sino que sigue un ciclo de períodos de crecimiento, expandiéndose siempre hacia el exterior y endureciendo cada vez más la capa limítrofe que la une a su creador